Día 1 – El taxi compartido
Sábado, 15 abril
Hola,
hoy hemos conocido a Antonio. Antonio es el orgulloso propietario de un taxi compartido. Tiene la ambición de salir sólo con el taxi lleno. Así que se para en el aeropuerto de Nápoles y recoge a la gente. Hoy, para disgusto de Gina. Gina trabaja en el aeropuerto, había terminado de trabajar y quería que la llevaran rápidamente a la estación.
Cuando subimos al taxi, ocupábamos los asientos 4 y 5, de un total de ocho.
Gina explicó que tenía que coger el autobús interurbano. Antonio la apaciguó asegurándole que volaría y que recuperaría el tiempo sin problemas.
El autobús se llena – lentamente. El asiento 6 estaba ocupado por Paolo, un italiano que regenta una pensión en Cornualles donde se alojan italianos y una pensión aquí donde se alojan ingleses. Le va muy bien y todo el mundo se siente a gusto con él.
El séptimo lugar lo ocupaba la bella Beatrice, a quien Antonio colocó sin ceremonias a su lado.
Gina empezó a ampliar mi vocabulario
explicándole a Antonio lo que pensaba de su modelo de negocio. Al lado, salía el autobús de línea hacia la estación de autobús. Antonio se acercó con una pareja muy pequeña. A Marcella, la mujer, la colocó junto a Beatrice. Con eso, el taxi estaba lleno. Leonardo, el hombre, se colocó al lado de Gina. Esto acercó a Gina a mí y a mí a Matthias.
Con el pecho orgulloso, Antonio se puso al volante y nos mostró lo que quería decir con volar. Me alegré de no estar sentado junto a la ventanilla. Antonio no paró en ningún momento. Tampoco tocaba el claxon. Los coches a su alrededor sí.
En la estación, Gina, Marcella y Leonardo se bajaron.
Mientras Antonio flirteaba con Angela en el trayecto hacia el puerto, Matthias y yo decidimos que en los próximos días intentaríamos evitar a la gente del primer y segundo puesto.
Hasta ahora hemos tenido éxito.
Hasta pronto
Pinky
