Día 6 – Estofado en su propio jugo

Sabado, 24 junio

Hola,

Hasta ahora, suponía que siempre había masas de nubes que se acumulaban sobre el Atlántico y luego se desplazaban hacia el interior para llover sobre alguien mojado. Preferiblemente turistas en sandalias y calcetines. Pensaba que así las temperaturas se mantendrían moderadas. El hecho de tener que soportar un atasco en un coche sin aire acondicionado para que me demostraran lo contrario me costó mucho sudor. En realidad, no era un atasco, sólo la hora punta, pero el sudor era cierto.

En la autopista de Pontevedra a Lisboa, me di cuenta de que el tipo que había empezado a establecerse en Oporto hacía 4000 años no estaba loco. Claro que estaba agotado, pero seguía en sus cabales. Oporto es, con diferencia, el lugar más llano de la costa.

A lo largo de la autopista se amontonan montaña sobre montaña. Parecido a lo que hacen los niños cuando juegan con moldes de arena. Encima de cada pastel de arena, se coloca uno más pequeño hasta que no se puede encontrar ninguna forma más pequeña. O los apiladores de piedras que últimamente aparecen por todas partes.

Y por último, los hombres manzana del matemático estadounidense-francés Mandelbrot. Por qué pensé en un matemático se debió seguramente a las temperaturas. A grandes rasgos, Mandelbrot desarrolló una fórmula de cálculo según la cual los puntos se conectan entre sí. Así se crean gráciles estructuras que continúan en pequeñas ramas y ramitas cada vez más filigranas. Si se hace zoom sobre una rama en cualquier punto, se observará que se parece a la figura original.

Como matemático, Mandelbrot no tenía ningún problema en continuar este juego por toda la eternidad. Todos los niños y apiladores de piedras se rindieron demasiado pronto, porque la perseverancia de Mandelbrot abrió la puerta a la semidimensión.

Aquí es muy parecido. Las montañas se apilan unas sobre otras a una escala cada vez menor por toda la eternidad. Esto confiere a la zona algo místico. Si te concentras con atención, puedes sentir la semidimensión. También puede ser el calor. Quizá vuelva aquí de nuevo cuando no me esté estofado en mis propios jugos.

Lo que también investigaré entonces son los numerosos ríos que se anuncian. Sobre cada curso de agua que lleva más de una o dos gotas a la semana, se construye un puente y se le da un nombre. En el mejor de los casos, este río ocupa una fracción de la distancia que abarca el puente. Pero quizá no se ve el río hasta que se ha recorrido la semidimensión. O quizá simplemente les sobraba un puente. Quizá la imagen cambia cuando ha llovido. El Atlántico está cerca, no puede tardar tanto.

Hasta pronto

Pinky

... y aquí está el vídeo en alemán

Día 6 – Estofado en su propio jugo

ArtGedeck Michéle Pinkernel

@2023 - ARTEINCLUIDO, Michèle Pinkernell

es_ES